El 7 de Noviembre de 1970 se produjo un escape radiactivo en la junta de Energía Nuclear de Madrid. Se vertieron decenas de litros de agua contaminada al río Manzanares, provocando la contaminación de los ríos Jarama y Tajo. El escape se detectó en el río Tajo a su paso por Lisboa, Portugal. Frente a este problema, el régimen de Franco y el de Salazar colaboraron para ocultar los hechos y se procedió a retirar los restos radiactivos. Los residuos más peligrosos se trasladaron a diferentes zonas controladas de España y los barros contaminados con isótopos de cesio-137 y estroncio-90, de menor peligrosidad, se enterraron en diferentes puntos a lo largo de la Real Acequia del Jarama, algunos de los cuales están todavía sin identificar.
Este proyecto es una reflexión sobre nuestras acciones, sobre el impacto de los actos humanos en nuestra salud y en la del planeta, sobre el secreto y sobre lo invisible.